Para Brianna Bond, de 9 años, la vida tomó un giro diferente. A esa tierna edad, la nativa de California pesaba la asombrosa cifra de 200 libras. Avanzando hasta hoy, a los 13 años, después de someterse a una dieta rigurosa, Brianna es casi irreconocible.
Brianna era una de las miles de niñas americanas que luchaban con la obesidad, condenadas a enfrentar problemas de salud graves más adelante en la vida. Pero logró darle un giro a su situación tras sufrir bullying en la escuela debido a su peso superior al promedio.
Sus padres fueron la fuerza impulsora detrás de su viaje de pérdida de peso, asegurándose de que su hija siguiera un régimen que incluía caminar cuatro millas al día. Su motivación surgió al ver cómo su hija, antes juguetona, se retiraba a medida que su peso empezaba a afectar su vida diaria.
La incapacidad de participar en actividades físicas como sus compañeros fue solo una de las razones por las que Brianna se sentía aislada de sus compañeros de clase.
La familia decidió eliminar sus alimentos chatarra favoritos e incorporar el ejercicio a su rutina diaria. “Estuve con ella en cada paso del camino”, explica la madre de Brianna.
Este cambio hizo una gran diferencia en la vida de Brianna. Ahora es un miembro activo del equipo de natación de su escuela y está logrando avances increíbles. Al ver a Brianna hoy, es difícil creer que alguna vez fue una niña con sobrepeso.