Ingredientes
Para la base:
200 g de galletas (tipo Digestive o María)
100 g de mantequilla derretida
Para el relleno:
600 g de queso crema (tipo Philadelphia)
200 g de azúcar
1 cucharadita de esencia de vainilla
3 huevos
200 ml de nata (crema de leche)
1 cucharada de harina
Para la cobertura (opcional):
Mermelada de frutas (fresa, frambuesa, arándanos, etc.)
Preparación
1. Tritura las galletas hasta que se conviertan en polvo.
2. Mezcla las galletas trituradas con la mantequilla derretida hasta obtener una masa homogénea.
3. Presiona esta mezcla en el fondo de un molde desmontable (aproximadamente de 23 cm de diámetro) para formar la base del cheesecake. Usa el dorso de una cuchara para alisar y compactar bien.
4. Refrigera el molde con la base mientras preparas el relleno.
5. Precalienta el horno a 160°C (320°F).
6. En un bol grande, bate el queso crema con el azúcar hasta que la mezcla esté suave y cremosa.
7. Añade la esencia de vainilla y mezcla bien.
8. Incorpora los huevos uno a uno, batiendo bien después de cada adición.
9. Añade la nata y mezcla hasta que esté todo bien integrado.
10. Finalmente, agrega la harina y mezcla hasta obtener una masa suave y sin grumos.
11. Vierte la mezcla del relleno sobre la base de galleta que has preparado.
12. Hornea durante aproximadamente 50-60 minutos, o hasta que el centro del cheesecake esté casi cuajado (puede estar un poco tembloroso, pero se endurecerá al enfriarse).
13. Apaga el horno y deja el cheesecake dentro con la puerta entreabierta durante una hora.
14. Saca el cheesecake del horno y deja que se enfríe a temperatura ambiente.
15. Una vez que el cheesecake esté a temperatura ambiente, refrigéralo durante al menos 4 horas, o preferiblemente toda la noche.
16. Antes de servir, puedes añadir una capa de mermelada de frutas por encima si lo deseas.
17. Desmolda el cheesecake con cuidado y sírvelo frío. Puedes decorarlo con frutas frescas si lo deseas.