Ingredientes:
200 g de mantequilla a temperatura ambiente
200 g de azúcar
4 huevos
250 g de harina de trigo
1 cucharadita de polvo de hornear (levadura química)
1 pizca de sal
1 cucharadita de esencia de vainilla
120 ml de leche
Preparación:
1. Precalienta el horno a 180°C (350°F). Engrasa y enharina un molde para queque, de preferencia uno de unos 24 cm de diámetro o uno rectangular de 20×10 cm.
2. Mezcla los ingredientes secos. En un bol, tamiza la harina, el polvo de hornear y la sal. Mezcla bien y reserva.
3. Bate la mantequilla y el azúcar. En otro bol, bate la mantequilla con el azúcar hasta obtener una mezcla cremosa y suave. Este paso es clave para que el queque quede esponjoso.
4. Incorpora los huevos. Añade los huevos uno a uno, batiendo bien después de cada adición. Asegúrate de que estén bien integrados antes de agregar el siguiente.
5. Agrega la vainilla. Añade la esencia de vainilla y mezcla bien.
6. Integra los ingredientes secos y la leche. Agrega la mezcla de harina alternando con la leche, comenzando y terminando con la harina. Es decir, añade un tercio de la harina, luego la mitad de la leche, otro tercio de harina, el resto de la leche, y finalmente el último tercio de harina. Mezcla suavemente hasta que todo esté bien incorporado, pero sin batir en exceso.
7. Vierte la mezcla en el molde. Coloca la mezcla en el molde preparado y alisa la superficie con una espátula.
8. Hornea. Coloca el molde en el horno precalentado y hornea durante unos 45-50 minutos, o hasta que al insertar un palillo en el centro, este salga limpio.
9. Deja enfriar. Una vez listo, saca el queque del horno y déjalo enfriar en el molde durante unos 10 minutos. Luego, desmóldalo y colócalo sobre una rejilla para que se enfríe completamente.